Existen más de siete, pero, consideremos las siguientes:
1 - Percepción errónea del matrimonio.
Las novelas y películas que tratan temas sentimentales, son responsables de lanzar a los jóvenes a un mundo irreal. Al casarse, esas personas esperan inconscientemente de su cónyuge algo que la vida real no les puede regalar y quedan desilusionados.
2 - Desviación de los principios sanos.El adulterio, el alcoholismo y la pereza son responsables de muchos fracasos.
3 - La incompatibilidad de caracteres.Cuando existe un genio violento, espíritu egoísta, un corazón frío, celos, rencores, etc., se producen a menudo roces que pueden producir un distanciamiento paulatino, si no se busca la solución que Dios nos ofrece para estos casos.
4 - La falta de diálogo y cosas en común.Hay poco tiempo del uno para el otro. Se entra en la rutina conyugal y hay poco diálogo. La TV. y actualmente el chat o Internet roba a muchas familias el tiempo que debieran dedicarse uno al otro.
5 - Problemas económicos.La incomprensión en los planes y deseos mutuos, la falta de confianza en el manejo de la economía del hogar y el distanciamiento prolongado por trabajar en lugares lejanos, suelen ser causantes de problemas, como también cuando se contraen deudas difíciles de pagar.
6 - Interferencia de terceros."El que se casa, casa quiere". Es mejor que los recién casados vivan independiente.
7 - Cuando el amor se enfrió.Puede haber insatisfacción emocional o sexual. Cuando una de las partes amenaza con el divorcio por alguna crisis pasajera, pueden producirse heridas profundas y una pared entre ambos. Dios desea ayudar a cada familia a ser feliz. Si en tu hogar hay problemas, si existen tensiones y está amenazada la unidad familiar, no pienses en el divorcio, sino en buscar soluciones, considerando los consejos que expondremos.
Una señora fue a entrevistar a un médico amigo.- Me quiero divorciar de mi marido -fue la queja de la angustiada mujer.- ¿Por qué? Preguntó el médico.- Porque tiene otra.- Si Ud. se divorcia le hace un favor, pues eso es lo que él quiere.- ¿Qué puedo hacer?- Enamórelo primero y luego se divorcia, aconsejó el médico.- ¿Cómo lo puedo hacer?- Hágale tres elogios por día. ¿Viste bien? ¿Tiene buena presencia? ¿Es cumplidor? DígaseloLa mujer se propuso hacerlo. Al cabo de algunos meses encontró a su médico amigo, quien inmediatamente le preguntó por su esposo.- ¡Lo logré! Está profundamente enamorado de mí.- Entonces, ahora déjelo.- No, ahora no, porque yo también estoy enamorada de él.
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